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¿Qué ha pasado esta semana?

En la música, todo va avanzando muy bien. Estamos por recibir la mezcla final de una canción y ya estamos listos para el siguiente lanzamiento de TQ.
Además, lo más emocionante es que el proyecto que hemos estado trabajando para este año ya no es sólo música. Están naciendo varias cosas nuevas alrededor del concepto, que nos tienen con mucha ilus(trac)ión. Aún no podemos contarles demasiado… pero pronto, muy pronto, se viene algo muy especial.

También estamos trabajando en la segunda versión de la libreta de oración Días Contigo. Sabemos que la primera fue complicada de conseguir, pero ya resolvimos todo para que esté disponible en Amazon. Eso nos tiene bien contentos.

Y sí, hay un feat entre conversaciones para una de las canciones del álbum. Ya estamos en ello y pues esperando que pueda lograrse y empatemos en calendarios y todo ese asunto. No podemos tampoco dar detalles (¡lo sentimoooos!) pero con el tiempo averiguarán de quién se trata.

En casa…

Majo ha estado pintando un cuadro al óleo basado en una escena del video de Te Quiero que se estrena muy pronto. Le está quedando increíble. ¿Les he dicho que tiene una cantidad de cuadros esparcidos por la casa que yo (Dan) amo? Ella necesita más porras de todos nosotros para atreverse a sacarlo a la luz.
Y yo he estado dibujando (me encanta trabajar con pluma y tintero; abajo les pongo una foto), además de seguir escribiendo música para la iglesia. Han salido varias canciones nuevas. Me es inevitable escribir en ese estilo jaja. No sabemos si saldrán pronto, o cuándo, pero ahí están. A veces escribir también es sembrar.

Y en la iglesia…

Esta semana abrimos una nueva casa iglesia. Ver el crecimiento que Dios está trayendo ha sido muy especial.

En una de las reuniones, alguien hizo una pregunta que se nos quedó grabada, basada en Efesios 2. Pablo dice que no fuimos salvos por nuestras buenas obras, pero que ahora en Cristo sí podemos hacer buenas obras.
Y eso nos hizo pensar: no es lo mismo hacer “cosas buenas” que hacer las obras del Reino.

Jesús no solo hizo cosas que se veían bien: hizo lo que veía al Padre hacer. Incluso cuando volteó las mesas del templo, eso no parecía una “buena obra”, pero sí fue una obra del Reino.

Así que te dejamos con esta pregunta para reflexionar:
¿Estoy haciendo cosas buenas… o estoy haciendo las obras que el Padre me está mostrando?
No siempre son lo mismo. Y ahí es donde el Espíritu Santo nos guía cada día.

Gracias por leernos hasta acá.
Nos encanta que estés aquí.

Con cariño,
Dan

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